Amados hermanos:

Alabamos al Señor por el precioso culto que nos permitió celebrar ayer en el Anfiteatro de La Habana Vieja. Un lugar bellísimo y acogedor. El clima fue ideal, con una brisa sumamente agradable. Por momentos sentimos temor de que comenzara a llover, por el presagio de nubes grises amenazantes y algunas gotas que caían de manera esporádica. Era como si el Enemigo se hubiera propuesto estropear el programa; pero creemos que Dios no lo permitió en respuesta a las oraciones de Su pueblo.
Los hermanos del grupo de alabanza, dirigidos magistralmente por el hermano Karel, nos llevaron a experimentar la presencia de Dios. También escuchamos el testimonio impactante del hermano Jorge Luis, quien narró vívidamente, con voz entrecortada por las lágrimas, cómo un ángel había cuidado a sus hijos con un abrazo protector.
El sermón del pastor Dariel fue poderoso, destacando cuatro características de una iglesia que lo deja todo por seguir a Jesús: santidad, valentía, fidelidad y devoción. Al final del programa subieron a la plataforma los hermanos que estaban dentro del templo en el momento del trágico accidente en el Saratoga. Cada uno expresó su gratitud a Dios por medio de una corta frase de alabanza, cerrando con broche de oro un niño que exclamó con candidez: “Dios, gracias por cuidarme.”
Fue un gozo ver miembros de diferentes congregaciones acompañando y apoyando a la iglesia “El Calvario.” Al final del programa, uno de aquellos hermanos me expresó emocionado: “Esto parecía una Convención.” Sin dudas, una descripción acertada.
Humanamente, nadie hubiera querido experimentar una tragedia como la fatídica explosión del 6 de mayo que nos ha conmocionado a todos; sin embargo, no podemos dejar de agradecer al Señor por la manera en que está bendiciendo, cuidando y guiando a Su iglesia para que cumpla su Gran Comisión: proclamar el glorioso Evangelio de Jesucristo a toda persona, en cualquier circunstancia.
Dr. Bárbaro Abel Marrero Castellanos. Presidente ACBCOcc




































