Haciéndole frente a la aflicción


Sermón del Pbro. Dariel Llanes Quintana.

Basado en  Romanos 8: 16-18.
Predicado el 15 de mayo del 2022 en la Sala Polivalente Ramón Fonst.

Horatio Spafford escribió: «De paz inundada mi senda ya esté, O cúbrala un mar de aflicción, Mi suerte cualquiera que sea diré: Alcancé salvación, alcancé salvación«. El viernes 6 de mayo con la explosión ocurrida en el Hotel Saratoga a todos nos cubrió un mar de aflicción. ¡Cuánto dolor por las 46 personas fallecidas!

¡Cuánta tristeza por nuestro edificio histórico dañado!!Cuánta pena por las perdidas materiales de nuestros vecinos! ¡Qué duro golpe emocional para todos!

El Dr. R. A. Torrey, perdió a su hija de doce años en un accidente. El funeral fue en un día lluvioso. Estuvieron junto a la fosa en la tierra, rodeados de seres queridos. La Sra. Torrey le dijo a su esposo: “Me alegro de que Elizabeth no está en esa caja”. Su aflicción fue con ellos a casa esa noche cuando trataban de dormir.

El Dr. Torrey se levantó por la mañana y salió a caminar. Una oleada de aflicción cayó sobre él de nuevo, La soledad de la ausencia de su hija, el terrible sentimiento de saber que nunca volvería a oír su risa, que nunca volvería ver su cara, que nunca la vería crecer. No puedo aguantarlo. Se apoyó contra un poste y miró hacia arriba y empezó a orar.

Esto es lo que experimentó: “Y justo en ese momento la fuente, el Espíritu Santo, a quien había tenido en mi corazón, irrumpió con tanto poder como pienso que nunca antes lo había experimentado. ¡FUE EL MOMENTO MÁS GOZOSO QUE JAMÁS HABÍA CONOCIDO EN MI VIDA! Fue algo glorioso e inexplicable tener dentro de uno una fuente que está siempre brotando, brotando, brotando, brotando siempre 365 días cada a;o, brotando bajo toda circunstancia.”

Dice la Biblia:

“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”.

Juan 14:18

“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre¨.

Juan 14:16

Tenemos dolor, angustia y profunda tristeza, pero hemos experimentado la paz que sólo Cristo dá.

Les dejo un regalo: “Paz en la mente y en el corazón”. Jn.14:27 a. N.T.V.

«Vivimos en un mundo gimiente, sollozante y sufriente. Toda la creación gime a una y sufre dolores como de parto.»

Romanos 8_22

La música de la naturaleza está en clave menor.  La plaga de la muerte está sobre todo ser viviente.

Ahora: ¿Cómo debemos hacerle frente a la aflicción? Veamos cuatro pasos que nos ayudarán:

1. ACEPTE SUS SENTIMIENTOS.

No se sorprenda por su aflicción ni la niegue. Cuarenta y seis familias ahora sufren la aflicción de la muerte de sus seres queridos por la fatídica explosión en el Saratoga. ¡Cuánto duele la ausencia física! Los cristianos no lloramos la muerte, lloramos la ausencia física, porque para nosotros la vida no muere sino comienza de nuevo.

Providencialmente las 15 personas adultas y los tres niños que estaban en nuestro edificio en el momento de la explosión se salvaron. Nuestro dios todopoderoso preservó sus vidas. Nuestra iglesia está profundamente agradecida a nuestro padre. El domingo 27 de marzo la iglesia bautista el calvario me eligió como su pastor. Desde que conocí la elección planifiqué mi mudada para después del sábado 7 de mayo  en que la iglesia bautista de San José celebraría sus 92 años. Si nos hubiésemos mudado antes hubiéramos lamentado la muerte de algunos miembros de mi familia. ¡Qué compasivo es Dios!

Los pantanos fangosos son inevitables. Nadie es inmune al abatimiento. Elías, después de una gran victoria, cayó en la agonía del desánimo y de la más absoluta desesperanza. Dice la Biblia: ¨Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.” 1 R.19:2. Lo que Jezabel le estaba diciendo a Elías era: “A ESTAS HORAS DE MAÑANA TE TENDRÉ MUERTO.” Elías fue un hombre, un humano, como todos nosotros.

Dice la Escritura: “…tuvo miedo, y se levantó y huyó para salvar su vida. Así llegó a Beerseba, que pertenece a Judá. Dejó allí a su criado, y él se fue un día de camino por el desierto. Luego vino, se sentó debajo de un arbusto de retama y ansiando morirse dijo: “¡Basta ya, oh Jehová! ¡Quítame la vida, porque yo no soy mejor que mis padres!» 1 R.19:3-4. Cuando nos desanimamos, lo primero que tendemos a hacer es aislarnos. Pero eso es lo peor que podemos hacer.

Dice la Biblia: “Entonces el rey se turbó, y subió a la sala de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo mío Absalón, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo  en lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío! » 2 S.18:33.

La aflicción es un proceso, y no desaparece de la noche a la mañana. Las familias que perdieron a sus queridos  el 6 de mayo ahora están aturdidas. Fueron muertes inesperadas. F.B.MEYER expresó: La Biblia nunca condena la aflicción. Las lágrimas son valiosas. Son los mecanismos de alivio dados por Dios.

La religión no viene para hacernos no naturales e inhumanos. Jesús lloró. Pedro lloró. Los convertidos efesios lloraron al cuello del apóstol cuya cara nunca volverían a ver. Cristo está junto a cada uno que llora, diciendo: “Llora, hijo mío; LLORA, porque yo he llorado”.

Las lágrimas alivian al cerebro que arde, como un chubasco de nubes con relámpagos. Las lágrimas descargan la insoportable agonía del corazón. Las lágrimas son el material del cual el cielo teje su más brillante arco iris.

2. MIRE AL FUTURO.

“Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”.

Romanos 8:18

Comenta Mc Donald: “Si sólo pudiésemos apreciar la gloria que ha de ser nuestra, contaríamos los padecimientos del camino como cosas triviales”. No estamos destinados sólo para este mundo. Estamos destinados para el cielo, nuestro hogar final. El cielo es nuestro destino, y el cielo es nuestra gozosa esperanza. Jn.14:2-3.

Dijo el poeta Amado Nervo: Señor, yo te bendigo porque tengo esperanza; muy pronto mis tinieblas se enjoyarán en luz…

Víctor Hugo a los 80 años, escribía: “Siento que me elevo hacia el cielo”.

La Biblia dice: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Cor.2:9. Lo que hace hermosa la patria celestial es la presencia de Dios. Dice la Biblia: “Y oí una gran voz en el cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y ÉL morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. Ap.21:3.

Elvis Carballosa comenta: “La presencia de Dios en las Escrituras frecuentemente sugiere comunión y bendición”. Dios le prometió a Moisés: “Mi presencia irá contigo y te daré descanso”. Ex.33:14. En la patria celestial Dios estará con nosotros permanentemente.

El rey David declaró: “En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”. Sal.16:11. En la patria celestial se nos quitarán todas nuestras cargas. Será un lugar de descanso.

“Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor…descansarán de sus trabajos”. Ap.14:13.

En este mundo es inevitable la aflicción. Jesucristo nos enseñó: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo he vencido al mundo”. Jn.16:33. A pesar de esta tribulación temporal, pertenecemos al vencedor. Él venció en la cruz del Calvario. En MÍ, ustedes tienen paz, nos aseguró Cristo.

San Pedro nos anima: “Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, ÉL mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. 1 P.5:10.

El sufrimiento que ahora padecemos nos perfecciona. Barclay escribió: “Los creyentes que sufren nunca son cristianos débiles.”

Digamos con San Juan: “…y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. 1 Jn.5:4.

Unámonos al himnólogo:

¡Cerca más cerca, oh Dios, de Ti!

Cerca yo quiero mi vida llevar,

Cerca,  más cerca, ¡Oh Dios, de Ti!

Cerca tu gracia, que puede salvar,

Cerca tu gracia que puede salvar.

Cerca más cerca, mientras el ser,

Aliente vida y busque tu paz;

Y cuando al cielo pueda ascender,

Ya para siempre conmigo estarás

Ya para siempre, conmigo estarás.

Dice la Biblia: “Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad”. Heb.11:16. B. de las Américas.

Sí, la iglesia El Calvario, anhela con todo el corazón UNA PATRIA MEJOR, ES DECIR CELESTIAL.

3. AYUDE A OTROS.

Pablo nos recuerda: “Sobrellevad los unos las cargas de los otros”. Gál.6:2; y “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran”. Rom.12:15. Iglesia, tan amada, extendámonos a otros que necesitan nuestra ayuda.

Un Pastor le dijo a su congregación: “Recuerden: Toda persona que encuentren esta semana lleva una carga pesada”.

Dios quiere que ayudemos a llevar las cargas de otros. La aflicción es una carga pesada, y necesitamos estar dispuestos a que otros se extiendan y nos ayuden a llevarla en lugar de llevarla nosotros solos. “Mejores son dos que uno”; “Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”. Ecles.4:9-10. “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto”. Ec.4:12.

El Buen Samaritano vio a su prójimo herido a través de los ojos de Jesús y tuvo compasión de él. Y viéndole, TUVO QUE HACER ALGO. Lucas 10:34.

Vendó las heridas del extraño, puso ungüento sobre sus heridas, y lo ayudó a llegar a un lugar seguro donde se podía recuperar. Eso fue la compasión obrando.

Iglesia, seamos el buen samaritano para tantos prójimos en necesidad en la Habana Vieja.

ANDREW ARROYO, Presidente de la compañía de bienes raíces de California, vio a una anciana que estaba extendiendo frazadas de forma metódica sobre el concreto. Se estaba preparando para pasar la noche allí a la intemperie en una noche fría de invierno. Andrew se acercó y la anciana le contó su historia. Estaba jubilada y tenía 73 años. Era viuda. Llevaba un año en la calle. Andrew la llevó a un hotel y pagó las seis semanas de su estancia allí. Encontró una casa rodante y se la compró. Andrew halló un parque de remolques al que pudieron llevar la casa rodante de manera permanente. Andrew fue un canal genuino de compasión para aquella pobre mujer. Sigamos su ejemplo.

Recordemos que Dios es ”Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”. 2 Cor.1:3-4.

Metámonos en la piel de la gente. Nuestra comunidad necesita de nuestra compasión. Cuando nos extendemos para alcanzar a otros, les ayudamos no sólo a ellos sino también a nosotros mismos, porque eso nos distrae  de nuestra propia aflicción.

4. ACUDA A DIOS.

El paso final al lidiar con nuestra aflicción es el más importante. Llévele a dios su carga de aflicción. Dios sabe lo que nosotros estamos pasando, y nos ama y nos ayuda.

“Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: no temas, yo te ayudo”.

Isaías 41:13

Jesús fue varón de dolores y experimentado en quebranto”.

Isaías 53:3

Jesús dijo: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación”. Mt.5:4.

En nuestra aflicción, Dios nos asegura su presencia.

“Puedo cruzar lugares peligrosos y no tener miedo de nada, porque Tú eres mi pastor y siempre estás a mi lado; me guías por el buen camino y me llenas de confianza”. Sal.23:4. Lenguaje Actual.

Nunca estamos solos si conocemos a Cristo.; Él vive en nosotros a través de su espíritu. Les estimulo con Pedro: “Echando toda vuestra ansiedad sobre ÉL, porque ÉL tiene cuidado de vosotros”. 1 P.5:7. La palabra griega “echar”, significa “tirar”, como cuando los discípulos tiraron sus vestidos sobre el pollino sobre el cual Jesús  cabalgaba al hacer su entrada triunfal a Jerusalén. Lc.19:35. Estas palabras nos recuerdan una línea de uno de los Salmos: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará”. Sal.55:22.

Dios no solamente tiene una mano poderosa, sino también tiene hombros amplios y espalda fuerte. Podemos arrojar nuestras ansiedades sobre él.

A Pedro le hubiera gustado el mensaje del himno 229 del Himnario Bautista “Te cuidará el señor”.

Nunca desmayes cuando hay afán; Te cuidará el Señor.

Sus fuertes alas te cubrirán; Te cuidará el Señor.

Cuando flaqueare tu corazón; Te cuidará el Señor.

En tus conflictos y tentación; Te cuidará el Señor.

Que pruebas vengan, no importa no; Te cuidará el Señor.

Tus cargas todas en Cristo pon; Te cuidará el Señor.

CORO: Te cuidará el Señor, No te verás solo jamás;

Velando está su amor, te cuidará el Señor.

“Nada es demasiado pequeño y nada es demasiado malo para no llevarlo a Dios”. Iglesia amada, compartamos nuestras ansiedades con dios, él tiene cuidado de nosotros.

CONCLUSIÓN: 

Dios sigue siendo aquel que todo lo hace bien. No necesitamos entender, pero sí seguir confiando en el Dios cuyas promesas son fieles.

ÉL ES SUFICIENTE. NO NECESITAMOS RESPUESTAS.

Como Job podemos decir: “yo sé bien que tú lo puedes todo”. Job.42:2 a.

Y con el salmista: “Jehová de los Ejércitos, dichoso el hombre que en tí confía”. Sal.84:12.

Por lo tanto:

¿Cómo podré estar triste, cómo entre sombras ir?

Cómo sentirme solo, y en el dolor vivir,

Si Cristo es mi consuelo, Mi amigo siempre fiel,

Si aún las aves tienen, seguro asilo en ÉL,

Si aún las aves tienen, seguro asilo en ÉL

Y amablemente les recuerdo los cuatro pasos que nos ayudarán a hacerle frente a la aflicción:

1.ACEPTE SUS SENTIMIENTOS.  

2. MIRE AL FUTURO.  

3. AYUDE A OTROS.  

4. ACUDA A DIOS.

¡QUÉ DIOS LES BENDIGA POR SIEMPRE! 



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