Declaración de la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental

Con relación a la Resolución No. 16/2021 del Ministerio de Educación.


En estos días, hemos conocido con profundo pesar que la Ministra de Educación, Ana Elsa Velázquez Cobiella, ha emitido una resolución, con fecha del 26 de febrero del 2021, aprobando la implementación, en todos los niveles de enseñanza, de un nuevo “PROGRAMA DE EDUCACIÓN INTEGRAL EN SEXUALIDAD CON ENFOQUE DE GÉNERO Y DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS EN EL SISTEMA NACIONAL DE EDUCACIÓN.” Esta noticia fue publicada el 14 de mayo de 2021 en un artículo de Cubadebate, donde Manuel Vázquez Seijido, vice-director del CENESEX, anunció: “el Ministerio de Educación acaba de aprobar un programa de educación integral de la sexualidad desde un enfoque de derechos sexuales que es sustantivamente superior al programa que estaba implementándose desde el año 2011.”(1) Si somos conscientes de los postulados que ha defendido vehementemente el CENESEX en nuestro país en los últimos años, no nos resulta difícil comprender cuál es el contenido de ese programa que lo hace “sustantivamente superior.” 

Aunque el documento habla de temas como el enfrentamiento a la trata de personas y la prevención y control de las ITS, el VIH y las hepatitis, propósitos loables, sin discusión, ese no parece ser el énfasis, ni tampoco la necesidad urgente, especialmente si se tiene en cuenta que desde hace aproximadamente un año no hay preservativos disponibles en la red de farmacias nacional. Un factor que debería ser motivo de gran preocupación, sobre todo después de que por muchos años se presentó el condón en nuestra sociedad como la panacea para prevenir este tipo de enfermedades, así como los embarazos no planificados. Por tanto, tenemos razones para concluir que este no es el enfoque principal del nuevo programa y nos alarma esta actualización para “incorporar y enriquecer su contenido educativo,” según se justifica en uno de los “por cuanto.”

En el Anexo No. 1, como parte de la explicación de la concepción pedagógica en la implementación del programa, se refrenda “El respeto a la diversidad sexual, como fundamento ético y de protección de los derechos de las personas y de rechazo a prácticas y comportamientos homofóbicos, transfóbicos e inhumanos en relación con la diversidad sexo-genérica y en particular las discriminaciones por diversidad corporal, color de la piel, orientación sexual e identidad/expresión de género.” Lamentablemente, no se define qué se entiende por “comportamientos homofóbicos, transfóbicos e inhumanos.” Esta definición se hace indispensable, puesto que algunos consideran como homofobia y transfobia el simple acto de disentir con las “teorías de género” (ideología) o con el matrimonio igualitario y la adopción de niños por parte de estas parejas.

También resulta alarmante “las recomendaciones didácticas dirigidas al personal docente,” particularmente en el Nivel I (0 a 6 años). Incluso en esta edad tan temprana, se hace distinción entre sexo biológico y “género percibido” (punto 3) y “se recomienda estructurar las actividades y juegos, alejado de los estereotipos sexistas, normas y roles de género desiguales y de relaciones de poder que pautan de forma rígida y polarizada lo culturalmente asignado como masculino o femenino.”

Nos inquieta seriamente que se tome la decisión de reforzar el enfoque de género en esta actualización del programa, obviando la opinión popular, que se hizo patente en la consulta previa a la aprobación de nuestra Constitución actual. Como se les comunicó oficialmente a los diputados de la Asamblea Nacional y a nuestro pueblo, el artículo más comentado fue el 68 (en la propuesta inicial), que trataba acerca de la institución del matrimonio. Según el informe en ese momento, “recibió 192 mil 408 opiniones, el 24.57% del total de la consulta y fue mencionado en 88 mil 66 reuniones (66%). La mayoría propuso sustituir la unión concertada entre dos personas y volver a que sea entre un hombre y una mujer”, tal y como estaba en la Constitución de 1975.(2) Por esa razón, aunque no se cumplió la petición explícita del pueblo, se cambió la propuesta inicial y quedó pendiente un referendo, donde el pueblo emitiría su aceptación o no de lo que se avizora como un controvertido Código de la(s) Familia(s).

Es impresionante que el Ministerio de Educación emita esta resolución antes de que exista una propuesta de normativa jurídica y sin que el pueblo haya expresado (nuevamente) su deseo soberano ante un tema tan sensible. Esta acción sería un paso lógico de implementación si el nuevo código finalmente se aprueba; pero no tiene sentido que se haga antes, máxime cuando estamos a solo unos meses del mencionado referendo y, por otra parte, no se volverá a las aulas de inmediato. ¿Será acaso que en el fondo existe un temor de que el pueblo manifestará su desacuerdo con las “teorías de género” y se quiere garantizar que esta regulación quede aprobada con anterioridad? No se puede dejar de notar que los acuerdos internacionales, disposiciones e instrumentos jurídicos que se citan como catalíticos de este programa no han surgido ahora, sino que el más reciente es del 2018. La pregunta de rigor es: ¿por qué la premura de aprobar la actualización del programa antes del referendo?

Nos gustaría expresar nuestro firme rechazo a que se adoctrine a nuestros hijos con presupuestos que responden a una ideología permeada de criterios anticientíficos. Si arbitrariamente esta resolución se hiciera efectiva, sería justo que también tuvieran en cuenta al pueblo cristiano cubano (y a numerosos que no lo son) en el eslogan “todos los derechos para todas las personas.” Debería considerarse que en las naciones donde se ha implantado la ideología de género (países de Europa y Norteamérica), los ciudadanos tienen otras opciones para educar a sus hijos, como escuelas privadas y escuelas en casa. Recordamos que las iglesias en Cuba ofrecían en el pasado una educación secular de altísima calidad y en la actualidad contamos con personal competente y calificado que puede garantizar estándares de excelencia en la enseñanza.

De implementarse esta resolución, no nos oponemos a que se instruya con ese “Programa de Educación Sexual” a los niños cuyos padres lo quieran y lo permitan; pero exigimos que no se imponga a toda la población. El CENESEX puede crear escuelas de educación sexual, clubes, academias, o como quieran llamarles, donde los padres que lo deseen lleven a sus hijos con total libertad, de la misma manera que se efectúa en las iglesias la enseñanza religiosa, completamente independiente de la educación pública. Algunas de las creencias de la ideología de género parecen tan religiosas, (o más), como las que profesan las religiones de este mundo, solo que sustentadas con una epistemología diferente, aunque igualmente no positivista.

Sería doloroso que muchos ciudadanos dignos se vean en la disyuntiva de no llevar a sus hijos a la escuela (asumiendo las consecuencias de ese acto de desobediencia civil) o entregarlos mansamente al bombardeo sectario de una ideología que rechazamos, la cual nuestros hijos y nietos serán inducidos a aceptar desde edades pre-escolares, según indica la resolución. Quisiéramos poder enseñarles a nuestros hijos aquello que José Martí afirmó en su presentación de La Edad de Oro (libro imprescindible en la infancia de cada cubano), que “el niño nace para caballero, y la niña nace para madre”, sin que nadie ose decir que el más universal e intemporal de todos los cubanos no sabía lo que hablaba y que su pensamiento es arcaico, obsoleto, retrógrado, machista, sexista y patriarcal. Quien quiera creerlo, tiene todo el derecho, así como de enseñarlo a todo niño y adolescente que su padre se lo permita; pero no de coartar la libertad e imponer su particular ideología a los que seguimos pensando como el apóstol.

Esperamos con sumo interés que se haga justicia a nuestra petición en cualquiera de las variantes sugeridas. Nuestro respetuoso y sincero reclamo es que se escuche y acate la voluntad popular. Las instituciones existen para servir al pueblo, no para ignorarlo e imponerle sus criterios.

Atentamente,

Junta Directiva

Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental.


Notas:

La Convención Bautista de Cuba Occidental es una asociación, legalmente establecida,  cuyos antecedentes en nuestro país datan de finales del siglo XIX, aún en los días de la Colonia, y que fue organizada como tal el 6 de febrero de 1905. En la actualidad está conformada por 560 iglesias, 28 mil miembros y una comunidad (que incluye a niños, congregados, visitantes y simpatizantes) de 70 mil personas.   

(1) Citado en Arleen Rodríguez Derivet, Andy Jorge Blanco y Ana Álvarez Guerrero, “Por una Cuba con ‘todos los derechos para todas las personas’.” Cubadebate (14 de mayo de 2021). Consultado en 19 de mayo de 2021. Énfasis añadido. http://www.cubadebate.cu/especiales/2021/05/14/por-una-cuba-con-todos-los-derechos-para-todas-las-personas-video/

(2) “Presentan a los diputados resultados de la consulta popular del Proyecto de Constitución.” Cubadebate. Consultado el 19 de mayo de 2021. http://www.cubadebate.cu/noticias/2018/12/18/presentan-cambios-en-el-proyecto-de-constitucion-derivados-de-la-consulta-popular/

2 Comentarios

  1. elide73 dice:

    Estoy de acuerdo con su propuesta, son más q valientes, son honestos y consecuentes con nuestro tiempo y llamado.
    Que nuestros dirigentes analicen, piensen. Somos también ciudadanos que merecemos respeto a nuestros derechos. Dios les siga bendiciendo.

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  2. Dalia Acosta dice:

    Una pregunta. Ustedes mismos citan el informe oficial «Según el informe en ese momento, “recibió 192 mil 408 opiniones, el 24.57% del total de la consulta y fue mencionado en 88 mil 66 reuniones (66%). La mayoría propuso sustituir la unión concertada entre dos personas y volver a que sea entre un hombre y una mujer”, tal y como estaba en la Constitución de 1975.(2)». 24,5% de quienes opinaron (no la mayoría, una cuarta parte) se refirió al artículo 68 y de esa cuarta parte, la mayoría (o sea, no del 100%, del 25%) pidió sustituir la unión concertada entre dos personas. ¿de qué pueblo estamos hablando? ¿Y el 75% que ni siquiera consideró necesario cuestionarse ese artículo no es pueblo? Me he cansado de oir en sucesivas declaraciones que la mayoría del pueblo cubano está en contra y no entiendo las cuentas. ¿Cuál es la mayoría? ¿El 25% o el 75%?

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