¿Qué es una Convención Bautista? (III)

La Convención: una oportunidad de ver la obra de Dios en otros.

En un mundo en que cada vez más el individualismo, la competencia y la lucha despiadada por la supremacía de unos sobre otros es cada vez más evidente, el espíritu de cooperación que da vida a las iglesias bautistas es cada vez más necesario.

Contrariamente a lo que algunos piensan, una iglesia no pierde su libertad al asociarse a otras para proyectos comunes. La efectividad de una asociación de iglesias está determinada por el hecho de que las mismas, soberanas y autónomas, deciden afiliarse voluntariamente con iglesias iguales. Al hacerlo, están reconociendo no solo la obra que el Señor hace a través de ellas, sino gozándose en que el mismo Dios bendice y usa a otros, el mismo Espíritu Santo que opera en ellas, lo hace en otras de igual manera. De ese modo reconocen que la misma fe que profesan y los principios que sostienen; de por sí les llevan a formar parte de una comunidad mayor que no puede ser ignorada.

¿Qué gana una iglesia bautista al unirse voluntariamente a otras?

En primer lugar gana reconocimiento. ¡No está sola! Otros reconocen y valoran su existencia y le reciben como parte de un cuerpo que se esfuerza por llevar adelante el cumplimiento de la Gran Comisión. Otros oran por ella y sus necesidades. Reconocen sus éxitos y sufren sus problemas. Recibir a una iglesia bautista en el seno de la Convención es alabar a Dios por su existencia y por la obra que ha hecho en cada uno de sus miembros.

En segundo lugar recibe oportunidades de servicio a otros. Algunos piensan en una convención de iglesias solo previendo lo que pudieran recibir de las otras. Pero el espíritu bautista de cooperación se basa no tanto en lo que una iglesia puede recibir, sino en lo que todas juntas pueden dar para incrementar sus esfuerzos por la obra de Dios.

Entonces, al venir a formar parte de una convención, la clave no es preguntarnos ¿qué puedo recibir? Sino ¿qué puedo aportar? De esa manera la Convención es un valioso racimo de oportunidades para cualquier iglesia que quiera mirar más allá de su propio vecindario y ser parte de la obra misionera nacional y mundial.

Una convención ayuda a la iglesia extender su influencia, su visión, su obra y su ministerio. La relaciona con hermanos de otras iglesias proveyendo fuentes inagotables de compañerismo y solidaridad. De ese modo, ciertamente una iglesia bautista recibe mucho de la Convención, pero el secreto para recibir depende de la medida en que esté dispuesta a dar y a reconocer todas las oportunidades de servicio que se le presentan al vivir formando parte de una comunidad de iglesias.

No hay duda entonces. Al asociarse a una convención, una iglesia bautista recibe bendiciones sin límite. Su vida se enriquece con su participación denominacional y de esa manera el crecimiento espiritual y la vida de sus miembros es bendecida y estimulada.

¿Qué es, entonces una Convención Bautista?

Es la posibilidad de constatar en una esfera mayor, cuánto Dios está haciendo en cada iglesia para llevar adelante su plan de redención. Es poder gozarnos al ver Su obra en otros y sentir que podemos hacer algo para el bienestar de todos y para la Gloria de Dios. Pertenecer a una Convención permite a cada iglesia estar en posición de dar y bendecir a otros, lo cual es la única forma bíblica de cumplir la voluntad de Dios para cada congregación de creyentes.

Material escrito por el Pbro. Alberto I. González Muñoz para la celebración del Centenario de la Asociación en el año 2005.

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